Según el rotativo, el pasado 12 de mayo el complejo digital de cálculos de a bordo del satélite EgyptSat-2, creado por la compañía espacial rusa Energia, comenzó a presentar fallos.
Primero los especialistas egipcios trataron de resolver el problema independientemente.
Luego Egipto solicitó ayuda oficial a Rusia, incluso al más alto nivel, el presidente de la nación árabe, Abdelfatah al Sisi, se dirigió directamente a su homólogo ruso, Vladímir Putin, según Kommersant.
Varias fuentes de la rama espacial rusa relataron al periódico que los especialistas rusos y egipcios finalmente no lograron restablecer la funcionalidad del satélite EgyptSat-2.
"El aparato puede considerarse como perdido; su computadora está bloqueada, no responde a ninguna orden enviada desde la Tierra, no logramos reanimarlo", señalaron las fuentes.
Durante las investigaciones realizadas en torno al EgyptSat-2 no se estableció que la corporación Energia fuese responsable del incidente; el satélite dejó de funcionar inmediatamente después de que pasase a un régimen cerrado de trabajo, siendo operado en ese momento por los especialistas egipcios.
"Las conclusiones de los ingenieros rusos fueron transmitidas a la parte egipcia y no recibieron objeción de tipo alguno", declaró al rotativo la fuente de Roscosmos.
A pesar de que EgyptSat-2 fue definido como un satélite para la teledetección terrestre, sus capacidades técnicas eran más que suficientes para realizar misiones de exploración terrestre con fines militares.
Kommersant informa que la salida de esta situación es muy simple, los egipcios estudian la opción de explotación comercial de los satélites de teledetección terrestre rusos Resurs-P o Kanopus-V.
El representante de Roscosmos, Ígor Burenkov, declaró al periódico que las empresas de la industria espacial rusa ya colaboran con diversas organizaciones egipcias en diferentes esferas, "incluyendo los sistemas de teledetección terrestre".
El satélite egipcio EgyptSat-2 fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán el 16 de abril del año pasado.
El valor del contrato ascendió a unos 40 millones de dólares.
En enero de este año el control del satélite pasó a manos de los especialistas egipcios.
