"El TTP, TTIP y TiSA es el legado que quiere dejar el (presidente norteamericano) Barack Obama" estima Iván H. Ayala, economista de EconoNuestra, colectivo formado por economistas, académicos, investigadores, estudiantes y periodistas que conectan con la agenda estratégica surgida del movimiento de los indignados del 15M.
El TiSA, conocido esta semana gracias a la última filtración de Wikileaks, es el que "ha hecho saltar todas las alarmas", porque incluye una cláusula "para que sea secreto incluso después de haberse firmado", alerta Ayala.
El acuerdo económico "supone el mayor salto de transferencia de poder legislativo que se ha producido en los últimos años desde los estados democráticos hacia negociaciones secretas y con puertas oscuras que no sabemos dónde nos van a conducir" sostiene el también economista Mario Rísquez Ramos a esta agencia.
Estos acuerdos "tienen mucho que ver con la decadencia económica que ahora mismo representa EEUU, la eurozona y las potencias tradicionales", dice Ayala.
El objetivo es "mantener el orden económico internacional que se ha venido estableciendo desde 1945 hasta ahora, basado fundamentalmente en el Atlántico", señala Ayala, profesor de Economía de la Universidad Isabel I de Castilla.
"Es la voluntad de seguir manteniendo ese orden económico internacional basado en las grandes potencias, en Estados Unidos y en la Unión Europea, frente a los BRICS, entre los que está Rusia y China" asiente Rísquez.
"Los datos demuestran que la capacidad de las economías emergentes supera con mucho la capacidad económica de las potencias tradicionales", afirma Ayala.
Todos los indicadores económicos "están mostrando que los emergentes están creciendo más, invirtiendo más, generando más", explica Ayala, que recuerda que este impulso se "percibe en Occidente".
"La incapacidad de generar las mismas tasas de crecimiento, que era lo que soportaba la hegemonía económica de Occidente, se está perdiendo", alerta el especialista.
"La desaceleración de la zona euro es tan gigantesca y sus perspectivas son tan malas" que les llevará "necesariamente a una perdida hegemónica en la economía mundial".
"TiSA, junto al TTP y el TTIP, suponen la voluntad de establecer o de recomponer los pilares de esa hegemonía económica forjada desde 1945, un poderío que hoy desafían los emergentes", ya sea China, India, zonas de África y América Latina, corrobora Rísquez.
Estos acuerdos comerciales, alertan los economistas, afectan a los ciudadanos "en términos de sanidad, de educación, de transportes, de telecomunicaciones, de comercios electrónicos o de privacidad" ya que conciernen "a derechos fundamentales que se están negociando al margen de instituciones democráticas o de instituciones que sean controlables democráticamente".
Pero lo que es "tremendamente grave", además de que los Parlamentos nacionales no tengan información y los acuerdos nos puedan "someterse a debate público", es que el TiSA seguirá siendo secreto después de haber sido aprobado por los gobiernos y las grandes multinacionales.
"Es lo más grave que se ha producido en los últimos años, no tiene parangón" destaca Ayala a Sputnik.
"Esta gigantesca asimetría entre el poder democrático tradicional y la capacidad legislativa que se abre a los lobbies es impresionante", concluye Rízquez.
Ayala advierte de que con estos acuerdos se "está tratando de establecer tribunales al margen de los sistemas judiciales democráticos para juzgar casos que conciernen a las relaciones incluidas de estos tratados, que es prácticamente todo".