Los autores —Keir Giles, Philip Hanson, Roderic Lyne, James Nixey, James Sherr y Andrew Wood- reconocen que los Estados aliados "no desean ni tienen los medios para promover o prevenir un cambio de régimen en Rusia", pero plantean la necesidad de "considerar las posibles consecuencias de un caótico fin del sistema Putin".
"Occidente debe estar preparado para las complicaciones y oportunidades que sin duda se presentarán durante un inevitable cambio de liderazgo en Rusia", advierten los expertos de Chatham House.
A lo largo de sus 72 páginas, los autores proponen mejorar las comunicaciones con el Kremlin y la población rusa y recalcan la conveniencia de dejar "una puerta abierta" para restablecer las relaciones con el Kremlin, aunque dudan de que esto sea posible bajo la actual presidencia.
El informe señala entre los "objetivos estratégicos" medidas para "disuadir y limitar la coerción de Rusia contra sus vecinos europeos" y "restaurar la integridad del sistema de seguridad" en el viejo continente.
Los miembros de Chatham House sugieren además un mayor esfuerzo para "explicar a China y los antiguos Estados soviéticos" las estrategias políticas de Occidente en diálogos "regulares y consistentes".
El informe rechaza aislar al pueblo ruso porque, según se advierte en sus conclusiones, "no está en interés de Occidente ayudar a Putin" a mantener a la ciudadanía distante del mundo exterior.