Cameron admitió que la situación es una "tragedia", pero dio prioridad a "retornar esta gente a Africa y a romper el vínculo entre embarcarse y obtener residencia en Europa".
La intervención del premier británico vino forzada por dos cuestiones críticas sobre inmigración planteadas por el líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) en la Cámara de los Comunes en la ronda semanal de preguntas al primer ministro.
El independentista Angus Robertson, que se estrenaba como portavoz de la tercera fuerza parlamentaria en la sesión inaugural de consultas a Cameron, denunció que la negativa de Londres a aceptar refugiados es "deplorable" y pone en riesgo la reputación humanitaria de Reino Unido.
Cameron evadió la crítica afirmando que la "inmensa mayoría" de rescatados en el Mediterráneo son inmigrantes económicos que "buscan una vida mejor y son engañados por bandas criminales".
Respecto a los desplazados por el conflicto en Siria, el primer ministro reafirmó su estrategia de destinar ayuda humanitaria a los campos de refugiados abiertos en la región.
Reino Unido solo ha admitido a 187 sirios de los cuatro millones registrados por la ONU desde el estallido de la guerra civil.
La estrategia de Londres, según destacó hoy Cameron, se enfoca a "entrenar a la oposición moderada siria" con vistas a formar un Gobierno de transición y "echar al (presidente) Assad, cuyo régimen es el principal impulsor del terrorismo en la región".