Durante una incendiaria intervención en el Senado, Paul había acusado a sus correligionarios de "desear secretamente un ataque terrorista para poder culparme" después de obstaculizar que el parlamento votase una ampliación de las prerrogativas que permiten a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) recopilar sin autorización judicial ni indicios delictivos las conversaciones de millones de ciudadanos estadounidenses.
Si bien la suspensión del programa es temporal, y previsiblemente volverá a ponerse en marcha a lo largo de la semana, desde la bancada republicana han arreciado los ataques contra el senador, de reconocidas convicciones libertarias y enemistado con las políticas intervencionistas tanto del actual presidente Obama como de su predecesor, George W. Bush.
"No deberíamos desarmarnos mientras nuestros enemigos se vuelven más sofisticados y agresivos", le respondió airado el líder del partido republicano en el senado, Mitch McConnell, "y no deberíamos hacer campaña basándonos en la demagogia y las mentiras generadas por las acciones ilegales de Edward Snowden".
A favor de Rand Paul están las encuestas publicadas durante los últimos días, como una demoledora de la ACLU (American Civil Liberties Union), según la cual dos tercios de la población quieren que se limiten las prerrogativas de la Patriot Act, y un 80% opina que antes de pinchar el teléfono o abrir el correo electrónico de un ciudadano resulta imperativa la autorización de un juez.
Tema: Escándalo por el espionaje cibernético en EEUU
Sin embargo, para comentaristas como Peter Weber, Rand Paul habría sacrificado su carrera presidencial por defender sus principios libertarios, mientras que el senador John McCain, peso pesado de su partido, lo acusó de utilizar la seguridad nacional con fines recaudatorios, esto es, para llamar la atención y conseguir fondos que financien su campaña a la primarias.
Impertérrito, aunque consciente de que se juega su futuro, Paul ha negado las acusaciones y ha recalcado que "podemos detener a terroristas utilizando la Constitución", al tiempo que reclama un debate en el que se discuta cómo mejorar la anticipación y prevención de los planes terroristas sin cuestionar para ello los principios constitucionales.