"Necesitamos aliados", recalcó esta tarde Whittingdale en una comparecencia de urgencia sobre la FIFA en el Parlamento británico.
El ministro validó el liderazgo del presidente de la FA, Greg Dyke, para organizar dos torneos alternativos a los Mundiales de Rusia y Catar, aunque señaló que es prematuro hablar de ubicarlos en el estadio de Wembley, como sugirió un diputado durante el debate en la Cámara de los Comunes.
Inglaterra solo consiguió un voto en la primera ronda para la adjudicación del campeonato en 2018, lo cual dio pie al ministro conservador a señalar que "no ofrecimos los incentivos que otros países estuvieron quizá dispuestos a pagar".
La dimisión del presidente de la FIFA, tras 17 años en el cargo, es el pago que Londres exige para retirar su amenaza de boicotear las próximas copas mundiales de futbol, según dio a entender hoy el gabinete de David Cameron.
"El sistema está diseñado para asegurar que los apoyos puedan comprarse", denunció el ministro antes de añadir que "Blatter ha destrozado completamente la credibilidad que le quedaba y debe irse".
El político tory confirmó que la Oficina antifraude está investigando posibles infracciones en Reino Unido, y aceptó que las autoridades de los Territorios Dependientes —los paraísos fiscales de ultramar- han de colaborar en las pesquisas de EEUU.