La Comisión Europea quisiera valorar las perspectivas y las consecuencias de la puesta en práctica de este proyecto, en particular, su correspondencia a la seguridad del suministro de energía y a otros requisitos de la estrategia energética de la UE, agregó.
"Para nosotros lo principal consiste en que cualquier proyecto de construcción de un gasoducto en el área de la Unión Europea responda a las normas vigentes en la comunidad", indicó.
Gazprom y la empresa estatal turca Botas firmaron el 1 de diciembre de 2014 un memorando de entendimiento para construir un nuevo gasoducto submarino con un volumen anual de 63.000 millones de metros cúbicos de gas, de los cuales unos 47.000 millones se enviarán a un centro de distribución en la frontera de Turquía con Grecia.
Los primeros suministros del gas están programados para diciembre de 2016.