"Venimos a buscar vínculos con personas que han sido lastimadas por parte del Estado, con personas que también están cansadas de este sistema que nos está matando", dijo a Sputnik Francisco Sánchez Nava, joven normalista que sobrevivió al ataque.
La respuesta de las madres argentinas fue "impresionante, porque tienen mucho dolor en su corazón y todavía les queda un pedacito más para agregar 43 caritas", dijo Mario César González, padre de uno de los jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en el estado mexicano de Guerrero.
Ese día, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa desaparecieron tras ser víctimas de persecución y disparos de la policía de la localidad de Iguala.
Caravana autogestionada
"Hasta la fecha ningún político asqueroso se ha acercado, se ha pronunciado o ha dicho que tiene los pantalones suficientes para estar con nosotros", añadió González, padre de César Manuel González, uno de los 43.
La caravana sudamericana es autogestionada con apoyo de organizaciones de derechos humanos y diversos colectivos de la región, y sin contacto con representantes políticos.
"No queremos nada con gobernantes. Estamos con las organizaciones no gubernamentales. No hay nada más que el pueblo", subrayó González.
Terrorismo de Estado
"No tienen manera de comprobar que están muertos, así que como padres vamos a continuar en búsqueda de nuestros hijos", dijo Hilda Legideño, madre del normalista Jorge Antonio Tizapa Legideño.
Los familiares también rechazan la tesis oficial de que el ataque fue perpetrado solo por narcotraficantes y policías corruptos, que secuestraron a los jóvenes, y subrayan que todo ocurrió con complicidad de la policía y del ejército, por lo que se trata de terrorismo de Estado.

González señaló que todos los días piensa en su hijo, y eso es lo que le motiva a continuar luchando por la verdad.
"Sigues pensando si no los están golpeando, si no los están maltratando, si ya comieron, si tienen con qué taparse. Aunque hayan pasado ocho meses, no dormimos bien y a veces no comemos bien. Estamos pensando lo mismo todos los días. Y eso nos da muchísima fuerza", afirmó.