El pasado mes de febrero Montevideo recibió el apoyo unánime del grupo de los 33 países de América Latina y el Caribe como candidato único de la región, lo que refuerza sus posibilidades para que en octubre, cuando se celebra la elección, entre a formar parte del único órgano de la ONU cuyas decisiones son de obligado cumplimiento.
"Es una oportunidad única para el país, pero también supone un enorme desafío. Los dos años de membresía representan un gran esfuerzo. Su objetivo sería mantener una actitud coherente con la sociedad civil", señaló Renzo Pomi, representante de Amnistía Internacional ante Naciones Unidas en Nueva York, durante una mesa organizada por esta misma ONG y la Fundación Frierich Ebert en el Palacio Legislativo de Montevideo.
Si finalmente accede, Pomi advirtió que Uruguay deberá lidiar con el "uso irresponsable" del veto de los cinco miembros permanentes, además de afrontar asuntos como casos de explotación sexual que existen por parte de funcionarios de misiones de paz, "que afectan tanto a víctimas como a la credibilidad del Consejo", e intentar conseguir un sistema más transparente para elegir al nuevo secretario general de Naciones Unidas fomentando más de una candidatura.
Uruguay, que ya estuvo presente en el Consejo hace 50 años, lleva preparando la candidatura durante los últimos siete, por eso desde la cancillería confían plenamente en sus posibilidades. "Tenemos tradición en temas como derechos humanos, democracia, solución pacífica de controversias…y es ahí donde el país debe apoyarse", sostuvo el embajador Martín Vidal, director general de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el evento.
La responsabilidad principal del Consejo de Seguridad de la ONU es mantener la paz y seguridad internacionales, fomentar las relaciones de amistad entre naciones. Ante una controversia seria recomienda acuerdos pacíficos, pero también puede imponer sanciones económicas, embargos o autorizar el uso de la fuerza para cumplir mandatos.
Está formado por cinco miembros permanentes que tienen el poder de veto: Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, más otros 10 miembros no permanentes electos por periodos de dos años. Los países latinoamericanos que actualmente forman parte son Chile, que termina este 2015, y Venezuela, que estará presente hasta 2016.