"Estado Islámico no existiría sin EEUU", dijo.
Blum explicó a esta agencia que lo que la región necesita "desesperadamente son gobiernos seculares, que muestren respeto hacia las diferentes religiones", y que esos gobiernos "existían en la región hasta no hace mucho".
El autor de media docena de libros críticos con la política exterior estadounidense mencionó el caso de Afganistán, que "tuvo un Gobierno secular que era relativamente progresista, que garantizaba plenos derechos a las mujeres, aunque hoy resulte difícil de creer".
"Incluso un informe de la época del Pentágono atestiguaba la realidad de la mujer en Afganistán", dijo.
Pero posteriormente EEUU derrocó a aquel Gobierno, permitiendo a los talibanes llegar al poder.
"Es algo que conviene tener en cuenta cada vez que oímos a un funcionario estadounidense decir que hemos de permanecer en Afganistán, entre otros motivos, para garantizar los derechos de las mujeres", recordó.
Después de Afganistán, "vino Irak, una sociedad secular bajo Saddam Hussein", pero "EEUU también derrocó a aquel Gobierno y ahora el país está siendo arrasado por yihadistas sedientos de sangre y fundamentalistas de todo tipo".

"Luego vino Libia, otra sociedad secular", continuó Blum, para quien "Gadafi, como Saddam Hussein, tenía ciertamente un lado tiránico" aunque "en ciertas cuestiones actuó de manera benevolente y trajo buenas cosas para Libia y África".
Así, Blum mencionó cómo Libia "tenía el mejor nivel de vida en África y ofrecía a su población educación y sanidad gratuitas y universales".
Sin embargo, "Estados Unidos también derrocó a aquel Gobierno" y, una vez más, "esto llevó a los fundamentalistas de todo tipo y a los yihadistas mesiánicos sedientos de sangre a campar a sus anchas por el país".
"Ahora Libia es un Estado fallido, con el extenso arsenal de Gadafi disperso por todos los campos de batalla de Oriente Medio y el Norte de África", precisó.
Finalmente, "durante los últimos cuatro años nuestro Gobierno ha estado haciendo todo lo que estaba en su haber para derrocar el Gobierno secular de Siria".
Por ese motivo, según este experto, Siria "se ha convertido en un campo de batalla y recreo para todo tipo de yihadistas y fundamentalistas sedientos de sangre, incluyendo Estado Islámico".
Para Blum es importante recordar que "sea cual sea el efecto real de una intervención estadounidense, su intención nunca es extender la democracia".
"La intención es un cambio de régimen para llevar o mantener en el poder a fuerzas más dóciles a los objetivos de la política exterior estadounidense desde el punto de vista económico e ideológico", afirmó.
El autor de 'Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II' o 'Freeing the World to Death: Essays on the American Empire' destacó que "sería difícil mencionar una sola de las brutales dictaduras de la segunda mitad del siglo XX que no haya contado con el apoyo de EEUU".
Finalmente, recordó que "Washington continúa apoyando varios Gobiernos represivos como los de Arabia Saudí, Honduras, Indonesia, Egipto, Colombia y Catar, entre otros".