El escenario político ha quedado muy fragmentado tras las elecciones municipales y autonómicas celebradas el pasado domingo, aunque los españoles han dado un claro giro político a la izquierda.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ya avanzó el lunes que van a plantear un programa "que va a entusiasmar a los votantes socialistas".
Hasta ahora, Podemos siempre había afirmado que no pactarían con los partidos tachados como "casta", en referencia a los socialistas del PSOE que han gobernando alternativamente con los conservadores durante más de 30 años en España.
Podemos "asume que, con la correlación de fuerzas salida de las urnas" el "PSOE será su principal socio en su propósito de expulsar al PP de municipios y comunidades", señala el diario.
La formación morada es clave para dar el gobernabilidad al PSOE en muchas poblaciones y regiones, pero también necesita el respaldo de los socialistas para ganar el Ayuntamiento de Madrid.
Ahora Madrid, una coalición de movimientos de izquierda entre los que está también Podemos, necesita el apoyo socialista para que pueda ser nombrada alcaldesa la jueza Manuela Carmena, frente a una de las líderes más importantes del PP, Esperanza Aguirre.
Iglesias reiteró este lunes que solo pactará "con quienes estén dispuestos a dar un giro de 180 grados en las políticas de recortes que han demostrado ser un fracaso y muestren un compromiso de tolerancia cero contra la corrupción".
El PSOE contestó a Podemos y Ciudadanos, el nuevo partido liberal que intenta conquistar el espacio más centrista del PP, que si se negocia sobre "principios e ideas" no habrá ningún problema.
El secretario general de los socialistas centra su programa en tres puntos: "limpieza democrática, políticas sociales para potenciar el Estado de bienestar y el empleo".
Podemos ha puesto dos líneas rojas: "tolerancia cero contra la corrupción", según advirtió el propio Iglesias, y políticas que acaben con la desigualdad.
Hoy todos los líderes de los partidos inician sus primeros contactos para valorar la nueva situación, en la que el partido de Rajoy, a pesar de haber ganado por la mínima, perderá importantes feudos en los que llevaba gobernando más de 20 años, como las comunidades y los ayuntamientos de Madrid y de Valencia.