"Sí, (el cese de pagos) podría evitarse; este año podríamos aplacar las amenazas más graves, aunque la situación es muy compleja", dijo Kinaj en el marco de la cumbre de la Asociación Oriental.
Kinaj subrayó que la reestructuración dependerá de "decisiones complejas que deberán tomar Ucrania y los acreedores".
Anatoli Kinaj espera que Kiev y los acreedores "puedan encontrar una solución común".
"El proceso en curso es muy complejo y requiere de todas las partes una actitud constructiva y una renuncia a tomar medidas unilaterales", agregó.
No obstante, advirtió que la restructuración "no es la panacea".
"Es de suma importancia que se interprete como una bocanada de oxígeno, un respiro que permita redoblar los esfuerzos para activar el mercado interno. Es fundamental que Ucrania no se relaje".
El pasado 12 de marzo pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) le transfirió al país el primer tramo de 5.000 millones de dólares, de un total de 10.000 millones que debe recibir este año.
El FMI, que en general prometió concederle 17.500 millones de dólares, ha condicionado esta ayuda a la realización de reformas estructurales para incrementar los ingresos del presupuesto nacional.