"Estoy encantado con esta oportunidad de mostrar al público todos los avances espaciales de mi país", declaró el veterano cosmonauta soviético.
En marzo de 1965 Leónov protagonizó el primer paseo espacial al salir de la nave Voskhod 2.
El cosmonauta rememoró su aventura pionera y desveló detalles de sus "criminales violaciones de las instrucciones" de Moscú, como ironizó el propio Leónov, necesarias para resolver una cadena de emergencias que puso en peligro el éxito de la misión.
"Si espero la decisión oficial, habría muerto: estaba solo en el espacio y nadie podía salvarme", recordó con buenas dosis de humor en un encuentro con medios internacionales en la institución londinense.
El director de la institución, Ian Blatchford, apenas pudo contener su entusiasmo con esta "exposición única" que, según explicó, "contendrá 150 objetos, muchos de ellos nunca exhibidos en público y algunos han sido incluso desclasificados por primera vez".
La colaboración del Gobierno ruso, la Agencia Espacial Federal y el Museo de Cosmonáutica, entre otras instituciones rusas, ha permitido a Blatchford reunir en Londres "las joyas de la corona" del país pionero en la exploración espacial.
Entre las piezas más impactantes que ya han llegado a Inglaterra destaca el Vostok-6, la nave en que Valentina Tereskova protagonizó el primer viaje espacial de una mujer; la cosmonauta estuvo tres días orbitando la Tierra en 1963.
También se pudo ver hoy la cápsula del Voskhod 1 como avanzadilla de los aparatos, instrumentos, trajes, carteles y hasta una ducha que dan fe de los hitos logrados por Rusia en la conquista del espacio.
"Los Juegos Olímpicos van y viene pero la carrera espacial sirvió a toda la humanidad", afirmó Leónov.
La exposición arranca con Konstantin Tsiolkovsky-"el Tolstoy del programa ruso espacial", según describió Blatchford al mítico autor visionario-, se detiene en cada revolucionario avance en la conquista del espacio y concluye con los últimos experimentos en alimentación e higiene en las naves, además del programa Marte.
"Esta exposición requiere mucha planificación, voluntad y esfuerzo logístico, y va a ser un éxito enorme en Londres", afirma Konstantin Shlykov, consejero de Cultura e Información en la Embajada de Rusia en Londres.