En el documento de 20 páginas 'Un asunto Tóxico: cómo el lobby químico bloqueó la acción en los Disruptores Hormonales Químicos', Nina Holanda, coautora del informe, señala que "la industria se aferró a las negociaciones del TTIP como una oportunidad perfecta para deshacerse del asunto de la regulación de los EDC".
El acuerdo trasatlántico permitirá, entre otras cosas, igualar las normativas entre la Unión Europea y Estados Unidos.
La UE sabe de la existencia y del peligro que los EDC representan para la salud desde los años 90, pero hasta la fecha no ha desarrollado ningún tipo de normativa para regularlos, a pesar de que el Parlamento Europeo se marcó como fecha tope finales de 2013.
El informe de este think thank que vigila las acciones de las multinacionales europeas y denuncia sus irregularidades o delitos, arroja luz sobre cómo las empresas y sus grupos de presión han utilizado numerosas tácticas para frenar cualquier regulación, ya sea desde el alarmismo al descrédito pasando por tácticas dilatorias.
También pidieron otro estudio de impacto que dilatara los plazos al menos durante un año. También utilizaron las instituciones para denunciar a aquellos que advertían de los peligros de los EDC, según el mismo informe.
Estas sustancias pueden encontrarse en cosméticos, geles de baño o pesticidas para las plantas que luego alimentarán a otros animales y como consecuencia a las personas.