Según comunicó la víspera el comité de defensa de la provincia de Bagdad, las autoridades locales no se muestran preocupadas por la seguridad de la capital iraquí pese a las amenazas del EI de lanzar un ataque contra la ciudad.
"Los expertos opinan que el envío de milicianos chiís a la ciudad de Ramadi pone Bagdad en riesgo, pero no es así, ya que 60.000 combatientes de Al-Hashd al-Shaabi permanecen en la ciudad", dice el comunicado del organismo de defensa de Bagdad.
El EI se apoderó el domingo de la ciudad de Ramadi en la provincia de Ambar.
Tras la derrota de las tropas gubernamentales, el Gobierno iraquí solicitó ayuda a las milicias chiíes, que mandaron unos 3.000 voluntarios rumbo la ciudad.
La toma de Ramadi que está a unos 100 kilómetros de Bagdad ha sido una de las victorias más importantes del EI desde su incursión en el territorio de Irak en junio de 2014, una incursión que coincidió con los éxitos del grupo en Siria, donde estos días los radicales se apoderaron de la ciudad de Palmira, que alberga famosas ruinas arqueológicas.
Anteriormente el primer ministro del país, Haider al Abadi, instó a formar grupos de voluntarios para recuperar Ramadi, cuya toma ha representado uno de los más serios reveses de Irak en la contienda.