Michael Grismore, natural del estado norteamericano de Georgia, fue acusado de haber violado a su hija adoptiva Ksenia, de origen ruso, y recibió una condena de 10 años de cárcel, aunque en realidad pasará en prisión solo 3 años.
"Consideramos que el castigo no es lo suficientemente severo, teniendo en cuenta las circunstancias, pues, además de abusar de su hija adoptiva él trató de ocultar la verdad al tribunal, presentando un certificado falso acerca de la edad de la niña", afirmó Astájov.
"El juicio comenzó y terminó enseguida, por la simple razón de que Michael Grismore reconoció inmediatamente su culpa y se procedió en el caso de forma simplificada", señaló.
Según Astájov, el violador decidió hacerlo ante la evidencia de las pruebas presentadas, y "para evitar un cargo más grave por falsificación de certificado".
"Es precisamente acerca de ese certificado falso que el juez quería interrogarme", dijo el defensor, quien debió participar en el proceso mediante una videoconferencia el 20 de mayo.
Las autoridades de Rusia tuvieron noticia del caso en 2011, aunque ya Michael Grismore había sido detenido en 2010, acusado de malos tratos y violación de su hija adoptiva.
Una parienta de Grismore, Martha Annette Blenford, adoptó a Ksenia en la ciudad rusa de Kémerovo en 2001 y, más tarde, renunció a su custodia, dejándola en casa de sus familiares, quienes la adoptaron otra vez.
Los maestros de la escuela donde estudiaba la niña rusa fueron los primeros en dar la voz de alarma y, gracias a su participación activa, el padre adoptivo resultó detenido en 2010.
Las autoridades de EEUU informaron al consulado de Rusia del caso un año más tarde, a pesar de que la niña como resultado de los traumas recibidos se vio obligada a permanecer algún tiempo en una clínica mental.
Los abogados de Grismore presentaron un certificado falso de nacimiento de Ksenia, mediante el cual pretendían demostrar que la adolescente ya había cumplido en el momento del presunto delito los 16 años.