Una imagen impensable tiempo atrás, en aquellos años grises de la UMAP, descritos como verdaderos campos de concentración por quienes los vivieron, entre ellos figuras como Pablo Milanés. Cuando no hacía falta ser gay, solo que a alguien le parecieras "rarito" para ir a parar a esos lugares donde a fuerza de malos tratos se pretendía enderezarlos y convertirlos en "hombres nuevos".
Pero por suerte, todo eso empieza a cambiar, y buena parte del mérito no se le puede quitar al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) encabezado por Mariela Castro, quien por su trabajo y tal vez con cierta ayuda de su apellido, ha conseguido ser escuchada en las más altas esferas.
"No queremos segmentación ni exclusión social, y en Cuba, trabajamos por la integración de todas las personas", afirmaba Mariela.
Este año se ha logrado involucrar hasta a la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, en la defensa de los derechos de estas personas. La campaña "Por espacios laborales más inclusivos", llama la atención hacia la discriminación en el entorno profesional.
Es cierto que en Cuba no existen actualmente leyes que penalicen la orientación sexual, pero los conceptos heterocentristas y machistas están aún muy arraigados en la sociedad, y los vacíos legales no garantizan plenamente la no discriminación de las personas con una orientación sexual o identidad de género diferente de la más habitual.
Según Mariela, se ha avanzado en materia legislativa, con la reciente aprobación en diciembre del 2013 del Código del Trabajo, la primera ley cubana que protege de forma explícita derechos de las personas no heterosexuales, aunque no fue incluida la identidad de género. La directora del CENESEX ha reiterado que es necesario insistir en estas reformas del sistema jurídico cubano porque para que "la política se aplique hay que aterrizarla con leyes y acciones concretas".
Y aunque aún el matrimonio gay sigue siendo una asignatura pendiente, sobre la que apenas se dan los primeros pasos para presentar el anteproyecto para un futuro debate parlamentario, se aprovechó la jornada para una especie de boda simbólica. Así, líderes religiosos cubanos y extranjeros bendijeron la unión de varias parejas del mismo sexo y transexuales en una celebración Ecuménica y de Amor.
Todo lo logrado a favor de la igualdad y la no discriminación del colectivo LGTBI, hacen de Cuba uno de los países que más ha avanzado en los Objetivos del Milenio, según la ONU. Myrta Kaulard, coordinadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba, asegura que la isla es "una de las naciones modelo que con muy pocos recursos ha logrado excelentes resultados".
Pero aún queda un largo trecho por recorrer. Justamente mientras esas banderas multicolores ondeaban en La Habana y la jornada contra la homofobia se extendía a regiones como Las Tunas, el transexual Yosvani Muñoz Robaina, conocido como La Eterna, murió a consecuencia de varias piedras que le lanzaron un grupo de adolescentes, mientras se encontraba en el parque Roberto Amarán de la ciudad de Pinar del Río. Trágico suceso que ha venido a sumarse a una lista de actos violentos y asesinatos de personas por su orientación sexual y que no siempre han sido debidamente esclarecidos o conocidos.
Como "crímenes de odio" calificó estos casos alguien que se ha convertido en toda una autoridad en estos temas, el escritor y profesor universitario Julio Cesar González Pagés.
"Cuando escribí sobre los "crímenes de odio" hacia la comunidad LGTBI en Cuba, a propósito del asesinato de dos amigos: el director de Teatro Tony Díaz y el economista Eduardo Pérez de Corcho, algunas personas dijeron que este fenómeno no existía en Cuba" expresó González Pagés. "Con este nuevo crimen, las etiquetas dan lo mismo. Solo quiero que tod@s reflexionemos sobre la homofobia."
En el mundo, entre 2008 y 2014 se cometieron un total de mil 509 homicidios documentados en 61 países solo de personas transgénero, y muchos siguen sin incluir en su legislación este tipo de discriminación para prevenir dichos crímenes. Tampoco en Cuba es suficiente con lo que tenemos.
El caso es que no basta con mostrar cara amable ante la conga, la sociedad cubana necesita que se tomen medidas enérgicas para garantizar que no ocurran hechos tan lamentables y para que se alcance realmente la igualdad de derechos para todos. Cuba tiene que salir de una vez por todas del closet, pero del de la intolerancia y el machismo.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
Les invitamos a comentar la publicación en nuestra página de Facebook o nuestro canal de Twitter.