Según revela hoy la Cadena Ser, al menos "desde 2003-2004", hay sospechas sobre la "gran mayoría de contratos para la venta de equipamiento militar o policial", que la empresa pública DEFEX firmó "con países del continente africano, como Angola o Camerún entre otros, y con Oriente Medio, principalmente, Arabia Saudí".
El escándalo estalló por un supuesto fraude en un contrato de equipamiento policial en 2008 de 152,9 millones de euros con Angola.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que investiga lo sucedido, el contrato de Angola "no es un hecho aislado".
Al parece, DEFEX "funcionaba" hasta que estalló el caso hace dos años, "en el ámbito de la comisión", y "sobredimensionaban el coste de los equipamientos a exportar entre un 200 y un 300 por ciento" para repartirse "mordidas millonarias en colaboración con funcionarios corruptos de los países a los que vendían las armas".
En el caso de Angola, de una venta de armas por valor de 152.9 millones al país africano solo llego una remesa valorada en 50 millones.
Los investigadores sostienen que en el resto de contratos, especialmente con aquellos que no habían suscrito el convenio con la OCDE, el reparto de las mordidas era similar al de Angola.
DEFEX siempre había gozado de una imagen excelente en el exterior, ya que trabajaba bajo el paraguas del Estado español.
Los principales sospechosos de la trama son el presidente de la empresa hasta junio de 2012, un coronel de infantería ya jubilado y la sobrina del espía Francisco Paesa, Beatriz García Paesa, entre otros.
Las cuentas de los sospechosos están ahora bloqueadas, así como sus sociedad patrimoniales.
La red mantenía un entramado societario y financiero internacional para evadir y ocultar el dinero "extraordinariamente complejo", según las fuentes que cita la emisora.