La decisión de Pelé de someterse a la operación estaría relacionada con la infección de orina que sufrió el tricampeón mundial (1958,1962 y 1970) a finales de 2014, tras su intervención para eliminar unos cálculos en el riñón, uretra y vejiga el 13 de noviembre de aquel año, ya que la hiperplasia de la próstata favorece la retención de orina y aumenta las posibilidades de sufrir nuevas infecciones.
En aquella ocasión, "El Rey del Fútbol" llegó a pasar 15 días en el mismo hospital en que ahora se encuentra llegando incluso a precisar de hemodiálisis, debido a que desde los años 70 el exjugador de fútbol solo mantiene uno de sus riñones.
Aunque se llegó a temer por su vida, Pelé recuperó el correcto funcionamiento del riñón y se repuso totalmente de la infección recibiendo el alta médica el 9 de diciembre de 2014, por ello el hecho de que Pelé retornase a los quirófanos menos de 6 meses después de su última operación llegó a preocupar a sus millones de seguidores en Brasil.