Con una extensión de 5.217.423 kilómetros cuadrados, la superficie protegida de la Amazonia Legal de Brasil comprende la totalidad de los estados de Acre, Amapá, Pará, Rondonia, Roraima, Tocantins, Mato Grosso y parte de Maranhao, es decir, el 61% del territorio brasileño.
Sin embargo, los datos confirman la continua violación en estos territorios de la biodiversidad forestal con tasas de 288 kilómetros cuadrados deforestados en enero, 42 kilómetros cuadrados en febrero y 58 kilómetros cuadrados en marzo, todos ellos valores muy superiores a los registrados apenas un año antes y que se produjo en el 86% en grandes propiedades privadas.
En concreto, el estado de Mato Grosso concentró el 76% de la superficie destruida seguido de Amazonas (13%), Rondonia (8%), Tocantins (2%) y Pará (1%), acumulando una superficie arrasada desde agosto de 2014 en torno a los 1.761 kilómetros cuadrados, es decir, un aumento total del 640% respecto al mismo periodo 12 meses antes.
Además, la ONG advierte que el estrago podría ser mucho mayor ya que el 53% de los bosques se encuentra cubiertos permanentemente por las nubes y, por tanto, resultan imposibles de ser detectados por los satélites del Sistema de Detección de la Deforestación en Tiempo Real (DETER) del Gobierno Federal de Brasil.