Ahora viven en un campo de acogida donde les suministran lo necesario para vivir y les permiten llamar a sus familias, pero no saben hasta cuándo estarán allí. Quieren irse a Roma o a Milán y luego a otro país, pero no tienen dinero.
A pesar de todo, se sienten afortunados porque han conseguido sobrevivir al viaje por el mar, de donde fueron rescatados por patrullas italianas cuando iban a bordo de un barco hacinados junto a 300 personas más.
"Yo iba en el piso de abajo, junto al generador, con un calor terrible y oliendo a gasolina todo el trayecto", relató Futsum, que lamenta la muerte de tantas personas intentando llegar a Europa.
En el 2015 ya han perdido la vida 1.650 inmigrantes en el Canal de Sicilia. El ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, dijo al Parlamento que este año podrían llegar a Italia unos 250.000 inmigrantes —en el 2014 fueron 166.000- y Frontex, la agencia europea para el control de las fronteras asegura que en las costas de Libia hay un millón de personas esperando cruzar el mar.
La cumbre se celebrará el jueves y la Comisión Europea llevará a cabo diversas propuestas para intentar acabar con un fenómeno que tiene perspectivas de crecer.