La extensión se produce una vez transcurrido el plazo de 28 días que Netanyahu tenía para formar una coalición.
Las negociaciones no han dado resultado hasta ahora aunque Netanyahu ha dicho que se ha "progresado" en esa dirección.
Netanyahu está tratando de formar una coalición que cuente con el apoyo de 67 diputados en un parlamento de 120 escaños contando con el apoyo principal de los partidos nacionalistas y ultraortodoxos.
Existen, sin embargo, varios problemas que todavía deben resolverse para que se consolide la coalición.
El partido La Casa Judía, una formación de orientación ultrasionista y religiosa que dirige Naftalí Bennett, exige la cartera de Asuntos Religiosos que en un primer momento Netanyahu ha cedido tentativamente al partido ultraortodoxo Shas.
Otra cuestión que sigue en litigio es la demanda del Likud de que todas las formaciones que se integren en la coalición firmen un compromiso para reformar el nombramiento de jueces para el Tribunal Supremo.
Netanyahu quiere que el gobierno tenga más capacidad para nombrar a los magistrados del Supremo y quiere reducir la voz de los jueces progresistas de manera que el Supremo refleje mejor la composición del gobierno.
Otro asunto que se está debatiendo es un proyecto de ley para declarar Israel un estado judío, una iniciativa a la que se oponen los partidos ultraortodoxos y que en los últimos días Netanyahu ha intentado consensuar sin éxito.