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Los secuestradores de los periodistas de NBC eran suníes y no aliados de Asad como dijeron

© AP Photo / Amateur VideoAziz Akyavas, Richard Engel y John Kooistra
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La cadena estadounidense de televisión NBC ha reconocido que el equipo de reporteros de la cadena secuestrados en Siria en 2012, entre los que figuraba su estrella, Richard Engel, fue secuestrado por militantes suníes, y no por mercenarios a las órdenes del presidente sirio, Bashar Asad.

"Nuestros secuestradores fueron suníes", no chiíes, ha escrito Engel tras revisar el contenido del reportaje emitido en 2012, "pero los secuestradores hicieron todo lo posible para convencernos de que eran chiíes" y, por lo tanto, aliados del presidente Asad.

Horas después de rectificar su relato, el New York Times publicó un reportaje en el que recuerda como tras su liberación los periodistas comparecieron en el popular programa 'Today Show' donde afirmaron que sus captores fueron "los shabiha, la milicia gubernamental, personas leales al presidente Bashar Asad".

Todavía peor: el Times subraya que en una entrevista con Vanity Fair Engel, incluso proclamaron que fueron liberados por "militantes suníes".

Explica el rotativo que después de realizar numerosas entrevistas todo apuntaba a que los periodistas estaban "en manos de elementos criminales sunitas afiliados al Ejército libre de Siria, la alianza de rebeldes que se oponen a Asad".

Un médico cercano a los rebeldes, Abu Hassan, que participó en la búsqueda de Engel y sus hombres, ha contando al diario que cuando los secuestradores comprendieron que sus aliados estaban intentando liberarlos crearon "una estratagema para liberarlos y culpa al secuestro en el régimen de Asad", rematando así la que califica como "obra de teatro".

Tanto la NBC como Engel se han negado a ofrecer más explicaciones, mientras Ali Gharib, columnista de The Nation, escribe asombrado que la cadena ha presentado las revelaciones como un complemento a su historia, pero no, en absoluto "retractándose o pidiendo disculpas".

El caso de Engel fue muy comentado en su día y jugó un papel notorio en los debates sobre la guerra en Siria y el papel que correspondía a EE.UU, fortaleciendo los argumentos de quienes apostaban por redoblar el apoyo a las tropas enfrentadas al régimen sirio.

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