En concreto, los militares cuya cifra todavía se desconoce, recorrerán la ciudad detectando focos de emisión de la enfermedad y elaborando un plan de acción que permitirá controlar la propagación del mosquito "Aedes Aegypti", portador y transmisor del virus en humanos.
Según los datos del ayuntamiento de Sao Paulo, el 80% de los focos se producen en el interior de las casas, por lo que la medida incluirá la visitas de miembros del Ejército en las viviendas de la población civil aunque, como aseguró Haddad, "los militares recibirán formación previa por parte de los técnicos del Ayuntamiento".
Una medida seguramente aparatosa e impopular, debido a que las zonas afectadas suelen coincidir con aquellas que tienen unos peores sistemas de alcantarillado y, por tanto, menores niveles de renta y mayor conflictividad social, por lo que la presencia del Ejército podría ser recibida con hostilidad.
Sin embargo, las cuatro muertes oficiales y los 8.063 casos confirmados en la ciudad han provocado cierto nerviosismo entre los habitantes de los barrios más afectados y la saturación de los centros médicos especializados en Jardim Vista Alegre, Vila Palmeiras y Jaraguá, los cuales atendieron en los últimos días un volumen de afectados por dengue un 300% superior a su capacidad real.
Según los datos presentados por el ministro de Salud de Brasil esta semana, al menos 340 municipios de todo el país han declarado la alerta por epidemia de dengue mientras que otros 877 se mantienen en prealerta, siendo los estados más afectados Sao Paulo, Acre, Goiás y Río de Janeiro.
En total, Brasil registró 460.500 casos de dengue en los tres primeros meses, un aumento del 240% respecto al mismo periodo de 2014 con un total de 132 personas fallecidas.