Pero las garantías que Putin ofrece a Israel no han convencido ni a sus autoridades ni a la mayoría de los expertos israelíes en seguridad.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó su malestar respecto a Moscú por la decisión rusa de levantar la prohibición de suministrar a Irán los sistemas antiaéreos S-300, que podrían estar en manos de Teherán a finales de 2015.
Netanyahu aseguró que "este paso solo acrecentará la agresión de Irán en la región y socavará la seguridad en Oriente Medio".
Los dos líderes hablaron por teléfono antes de ayer.
Putin le dijo a Netanyahu que tras el acuerdo entre Irán y las potencias occidentales sobre el programa nuclear iraní, la prohibición sobre los iraníes ya no era necesaria.
Netanyahu y su ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, en cambio, hicieron la lectura contraria y señalaron que la decisión de Rusia prueba que el acuerdo nuclear con Irán es peligroso.
"La venta de armas avanzadas a Irán es el resultado de un acuerdo peligroso que está surgiendo entre Irán y las potencias", afirmó Netanyahu, que ha centrado su discurso de hoy en los actos de conmemoración del Día del Holocausto, en la presunta amenaza nuclear iraní.
Y agregó: "¿hay alguien que pueda decir seriamente que el pacto con Irán incrementará la seguridad en Oriente Medio?".
Para Yaalon, el acuerdo entre Moscú y Teherán sobre el sistema defensivo S-300 es "algo sobre lo que hemos advertido incluso antes de que se hayan concretado los detalles (del pacto nuclear)"
"Estaba claro que se levantarían las sanciones a Irán y que esto influiría y reforzaría la economía iraní", añadió Yaalon.
Putin insistió a Netanyahu en que los misiles S-300 solo tienen capacidad defensiva, pero el Gobierno y el Ejército israelíes, así como expertos en armas del país, le restan importancia a este punto.
"El sistema S-300 servirá para avanzar la capacidad armamentística de Irán, si no fuera así, los iraníes no estarían interesados en tenerlo, ya que si disponen de este sistema, un potencial ataque militar contra Irán será más difícil", ha declarado a Sputnik Nóvosti el profesor Gerald M. Steinberg, del Centro Begin-Sadat para Estudios Estratégicos de la Universidad de Bar-Ilan, en Israel.
Lo más importante, según Steinberg, "es la posibilidad de que estas armas puedan ser transferidas fácilmente a grupos como (el movimiento chií libanés) Hizbulá y se conviertan en un problema si Hizbulá empieza otra guerra contra Israel en el futuro".
El hecho de que el sistema S-300 sea defensivo y no ofensivo no tiene mucha importancia para Steinberg, especializado en seguridad y control de armas en Oriente Medio, porque "en una guerra con Hizbulá, este grupo atacará a Israel con miles de misiles y si Israel quiere destruir los almacenes de Hizbulá y los lugares desde donde se dirigen y lanzan será difícil que sus aviones lo puedan hacer si Hizbulá tiene el sistema S-300".
Steinberg cree que uno de los resultados del acuerdo nuclear entre Irán y las potencias occidentales será, "desde la perspectiva rusa y de otros países, poder hacer negocios, incluida la arma de ventas a Irán, y esto facilitará que Irán evite cerrar sus instalaciones nucleares ilegales".
No obstante, Steinberg duda de que Irán esté cerca de conseguir fabricar armas nucleares.
"No sabemos qué tipo de instalaciones nucleares secretas tiene (Teherán), pero ahora se está controlando a Irán muy de cerca y probablemente no haya mucha diferencia entre la información pública que tenemos sobre sus capacidades nucleares y la información real", ha subrayado.
Israel también denuncia que Irán ha mandado "decenas de millones de dólares a Hamás y la (organización) Yihad Islámica, en Gaza, para ayudarlos a rearmarse tras la guerra del verano pasado en la Franja".