"No hay ninguna otra solución al conflicto armado ucraniano que no pase por el cumplimiento de los acuerdos de Minsk II hasta sus últimas consecuencias", señala.
Para ello, es importante no plantear los puntos acordados como una serie de fases sucesivas, sino como pasos que se tienen que dar de forma simultánea.
Este hecho constituye uno de los motivos para no pasar a la segunda fase de Minsk II, aunque según el experto, "eso no es una excusa".
"Kiev no quiere ceder el control a los separatistas de Donbás, reconociendo una autonomía que a día de hoy no existe porque Ucrania es un Estado centralizado", explica en declaraciones a esta agencia
Pero los rebeldes, agrega, "tampoco quieren ejercer su poder como cargos electos dentro de la legalidad del Estado ucraniano".
Ello conduce, según explica el profesor a Sputnik Nóvosti, a una situación de bloqueo.
Morales cree que el problema se debe a una ausencia de cultura democrática de la clase política ucraniana, tanto de la surgida en el Maidán como de la anterior.
"Han preferido utilizar la fuerza para conseguir el poder en lugar de seguir el camino establecido por la legalidad", señala.
Cuando se cumple un año de la llamada operación antiterrorista en Donbás, "hay una percepción en la sociedad internacional de que Occidente ha actuado con un doble rasero", afirma.
Otra contradicción se debe a la presencia de los llamados "grupos terroristas": Kiev ha acusado a las milicias separatistas de Donbás de ser grupos terroristas por no respetar la legalidad ucraniana e intentar conseguir un cambio mediante la fuerza, según el profesor.
Este conflicto se ha cobrado hasta hoy casi 6.100 muertos y más de 15.400 heridos, según datos de la ONU publicados en marzo y más de un millón y medio de refugiados y desplazados.