"Por supuesto, no habrá retorno al dracma", declaró durante la discusión del programa del G7, 'Warm Up', celebrada en el marco de la reunión de los cancilleres de los Siete Grandes en la ciudad alemana de Lübeck.
"Si uno cae, todo el sistema caerá", resumió.
A su vez el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, declaró en el mismo encuentro que Europa no puede rechazar a Grecia porque al hacerlo pondría en duda la misma idea de integración y unidad.
"Si rechazamos a Grecia, si decimos que tiene que resolver sus problemas por su cuenta, nosotros mismos destruiremos el discurso de una Europa integrada y unida", dijo.
La deuda pública de Grecia ronda hoy los 324.000 millones de euros, lo que equivale al 180% de su PIB.
En 2015 el nuevo primer ministro griego y líder de la coalición de izquierda radical Syriza, Alexis Tsipras, anunció que exigirá que se condonen los créditos de la Troika de acreedores –el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional – que se gastaron para estabilizar la deuda soberana y, en parte, para asegurar el gasto público.