En la lista de delitos de odio le sigue con el 37% el racismo y xenofobia, las acciones contra los discapacitados (15,5%), contra creencias y prácticas religiosas (4,9%), antisemitismo (1,9%), y por "aporofobia" o ataques a los pobres (0,9%).
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió en una rueda de prensa que el objetivo de este informe es "contribuir a la sensibilización" para hacer "aflorar esa cifra negra".
También el Ministerio busca "potenciar la confianza de las víctimas de los delitos de odio" para que "denuncien".
Fernández Díaz avanzó que para el dossier de 2015 estarán en vigor otros dos ámbitos: las razones de género y las motivaciones ideológicas.
Respecto a 2013, los delitos de odio —agresiones físicas o verbales por el odio a los inmigrantes, homosexuales, transexuales, bisexuales, discapacitados, semitas, mendigos o creyentes del alguna religión—, aumentaron un 9,6%, con un total de 1.285 incidentes.
El ministro matizó que este aumento "no significa que se hayan incrementado este tipo de incidentes", sino que este año se han incluido datos aportados por otras policías autonómicas.
El presidente de Movimiento contra la Intolerancia y Secretario del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, Esteban Ibarra, enmarcó hoy este tipo de delitos en "la selección de la víctima se hace en cuanto a una condición social".
Y valoró que las cifras presentadas hoy están "por debajo de la realidad": "nosotros estimamos unos 4.000 casos", dijo.
El aumento de casos de xenofobia y racismo se debe, según Ibarra en declaraciones a los medios, a la crisis económica, que lleva a que "ciertos colectivos sean vistos como competencia o chivo expiatorio".
El activista advirtió que muchos emigrantes no denuncian "por no tener confianza en las instituciones" o por encontrase en una situación de ilegalidad.