"Su biografía no termina con su muerte, inició, sí, el 3 de septiembre de 1940 en Montevideo, pero entre su nacimiento y su muerte hay miles de palabras, escritas en numerosos libros, dichas en múltiples discursos, retomadas por cientos de miles de jóvenes y adultos, hombres y mujeres inconformes con los gobiernos a todo lo largo y ancho de este planeta", dice el obituario del periódico.
"En todas las entrevistas concedidas, en todas esas frases que rondan Internet, en todos los artículos que publicó en La Jornada, su casa, y en todos los sueños que compartió para hacer de este un mundo menos peor", dice el periódico que cuenta con colaboradores de las izquierdas latinoamericanas.
El diario reseña su obra, pero enfatiza la más popular: "Las venas abiertas de América Latina", escrita con breves postales de la historia regional en 1971, libro que en abril de 2009 el entonces presidente venezolano Hugo Chávez regaló a su homólogo estadunidense Barak Obama, durante la V Cumbre de las Américas; obra prohibida por los pasados regímenes militares de Uruguay, Chile y Argentina.
El otro libro muy leído, sobre todos por los jóvenes rebeldes en los años de las dictaduras latinoamericanas es "Memoria del fuego".
En noviembre de 2012 Galeano visitó México por última vez, a presentar "Los hijos de los días" ante miles de jóvenes, y a la clausura de la asamblea del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
"Entre su nacimiento y su muerte están sus varios oficios: obrero, dibujante, recaudador, pintor, mensajero, cajero de banco, mecanógrafo, editor del semanario Marcha y el diario Época, y en medio de todos ellos su pasión por el fútbol", reseña el diario, que recuerda la autodefinición del escritor: "además un gran escuchador, como él se definía, también fue un exiliado político".
Hace pocos días, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que había recibido la firma de Galeano contra el decreto por el que Obama calificó al país sudamericano como una amenaza.
Uno de sus últimos textos publicado por La Jornada fue "Leo y comparto", dedicado a los 43 estudiantes desaparecidos en la masacre de Iguala en septiembre pasado: "Los huérfanos de la tragedia de Ayotzinapa no están solos en la porfiada búsqueda de sus queridos perdidos en el caos de los basurales incendiados y las fosas cargadas de restos humanos", escribió Galeano.
