Aunque durante los días de Pascua, el diálogo no se ha detenido del todo, a partir de hoy, Netanyahu intentará acelerarlo. Los principales obstáculos los está encontrando, según el diario israelí “Yedioth Aharonoth”, en el partido La Casa Judía (ultraderecha religiosa), liderado por su ex-jefe de gabinete, Naftali Bennett, y en la formación Kulanu (Todos Nosotros, derecha), encabezada por el ex-miembro del Likud Moshe Kahlon. Bennett no está satisfecho con los ministerios que Netanyahu le ofrece.
El diálogo parece más fluido con los partidos religiosos ultraortodoxos, Shas y el Judaísmo Unido de la Torá, con el que los negociadores del Likud se han reunido hoy. Mañana lo harán con La Casa Judía y el Shas.
Netanyahu tiene previsto reunirse con los líderes de las formaciones que quiere incluir en su Gobierno para intentar desbloquear las negociaciones, según el “Yedioth Aharonoth”.
Un representante del Likud indicó ayer que, a causa de las dificultades que está encontrando su partido con las demás formaciones, es poco probable que el gobierno esté constituido el 22 de abril.
Si en esta fecha la coalición no se ha creado, Netanyahu tendrá que solicitar al presidente israelí, Reuven Rivlin, una prórroga de 14 días para seguir negociando con los partidos.
Fuentes del Likud han explicado que si persisten los desacuerdos y las dificultades con las fuerzas de derechas, Netanyahu optará por intentar formar un gobierno de unidad nacional con la Unión Sionista, de centro-izquierda (laboristas y Hatnua).