"Una victoria que no hubiera sido posible sin la intervención de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional", afirma.
Villanueva cree que es una "posición absolutamente hipócrita" porque los que condenan a los nazis "en el fondo son gente muy pronazi y muy cercana a las posiciones de la extrema derecha".
El activista denuncia que "en Ucrania existe una deriva hacia posiciones que defienden a antiguos colaboracionista nazis"y de la "extrema derecha del movimiento de Stepan Bandera", en referencia al líder nacionalista ucraniano.
Una situación que "ha sido auspiciada, financiada y apoyada, curiosamente, por los gobiernos de los países occidentales que ganaron la Segunda Guerra Mundial", según el dirigente comunista.
El secretario de relaciones internacionales del PCE no llevará la movilización al Parlamento Europeo.
"Tengo muy poca esperanza, dada la hegemonía conservadora y de derechas que tiene esta institución".
Villanueva recurrirá a los movimientos sociales, las Naciones Unidas, los medios de comunicación y los trabajadores europeos para animar esta campaña denuncia contra la decisión de Ucrania de prohibir la simbología comunista y la situación que se vive en Ucrania.
La normativa aprobada por el Parlamento de Ucrania, según una nota explicativa adjunta al documento emitido por el Parlamento, "está orientada a condenar los regímenes totalitarios, prohibir la negación pública del carácter criminal de estas ideologías y proscribir el uso de sus símbolos".
La iniciativa legislativa, aprobada con 254 votos, muchos más de los 226 necesarios, establece también que el incumplimiento de la ley conlleva el cierre de partidos políticos y de medios de comunicación.
Las autoridades rusas han condenado los propósitos de Ucrania de equiparar el nazismo al comunismo.
"Kiev continúa violando sus compromisos internacionales, privando a muchos de sus ciudadanos de sus derechos legítimos. La UE y EEUU no pueden seguir haciendo caso omiso a ello", escribió Dolgov en Twitter.