“Si expreso todo lo que siento ahora, se podría pensar que no soy capaz de disimular mi ira y furia a causa de las decisiones amorales tomadas”, comentó Vucic a periodistas la situación en torno a Seselj.
Según el primer ministro, que anteriormente era un compañero de Seselj, el Gobierno expresará su opinión sobre la decisión del TPIY en el futuro próximo.
A su vez, el líder del Consejo nacional serbio para la cooperación con el TPIY, Rasim Ljajic, calificó la decisión del tribunal como “rara y embrollada”.
Declaró a los medios de comunicación que “Serbia ha cumplido todas sus obligaciones ante el Tribunal de La Haya, pero la toma de decisiones contradictorias sobre el mismo caso durante solo cinco meses dificulta considerablemente nuestra cooperación con La Haya, así como que influya adicionalmente a la autoridad del tribunal y la percepción de esta institución en nuestra comunidad”.
El Tribunal ha dispuesto este lunes que Seselj, liberado por razones humanitarias en noviembre pasado, debe volver a La Haya porque infringió los requisitos de su liberación, incluso declaró que no regresará voluntariamente a la Haya, amenazó a la gente que coopera con el TPIY, injurió a las víctimas de los crímenes.
Seselj se entregó voluntariamente en febrero de 2003 al TPIY, que le imputó persecuciones de ciudadanos de 1991-1993 por motivos políticos, religiosos y de raza, deportaciones, asesinatos, torturas, destrucción de poblaciones, destrucción y saqueo de propiedad pública y privada en Bosnia y Herzegovina, Croacia y la región autónoma serbia de Vojvodina.
Durante el proceso judicial, los fiscales exigían 28 años de cárcel para Seselj, pero él se declaró inocente.
Seselj estuvo encarcelado en La Haya durante casi 12 años por presuntos crímenes de guerra, fue puesto en libertad condicional después de que le fuese diagnosticado un cáncer y regresó a Belgrado el 12 de noviembre de 2014, sin que el TPIY dictara un fallo.