Los proyectos de Rosneft y Gazprom en el Ártico se ven obstaculizados por la crisis económica y las sanciones occidentales mientras que a las empresas privadas, en primer término Lukoil que ya tiene experiencia de trabajo en esta zona, se les presenta la oportunidad de acceder a los recursos de la plataforma marina.
El periódico indica que el gabinete presidencial respalda esa idea, y uno de sus promotores es Andréi Beloúsov, asesor de Putin para asuntos económicos.
Fuentes de Kommersant afirman que Beloúsov informó del asunto al presidente a principios de marzo, "avaló en principio" la solicitud de Lukoil en cuanto al acceso de empresas no estatales a la plataforma ártica y pidió que el Gobierno examine la iniciativa y presente las propuestas correspondientes hasta el 1 de mayo.
Según el asesor, el tema ya está acordado con el vice primer ministro Alexandr Jloponin, así como con los titulares de Energía y Recursos Naturales, Alexandr Nóvak y Serguéi Donskói, respectivamente.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se negó a desvelar los detalles de la discusión y dijo que "la decisión aún no se ha tomado". Representantes del Gobierno y de Lukoil rehúsan ofrecer comentarios.
De las 137 licencias de explotación de la plataforma marina válidas para el 1 de enero, según Beloúsov, 49 están en manos de empresas privadas, pero todas fueron otorgadas antes de 2008, cuando las enmiendas a la Ley de Recursos Minerales dejaron a las compañías estatales el monopolio en dicha materia.
El principal promotor de aquellas enmiendas fue el entonces vice primer ministro y hoy en día presidente de Rosneft, Ígor Sechin, cuya empresa posee los derechos de explotación de hidrocarburos en 48 áreas de la plataforma marina; otras 40 son de Gazprom, así que entre ambas controlan un 80% de las superficies con el petróleo y el gas.
Ejecutivos de Rosneft dicen que el pasado año la empresa ejecutó obras de prospección en 24 áreas, "muy por encima de las obligaciones", pero el futuro de estos proyectos sigue incierto.
Fuentes próximas a la empresa admitieron en declaraciones a Kommersant que Rosneft difícilmente podrá empezar la producción en el Ártico sin socios extranjeros que ha perdido a raíz de las sanciones occidentales.