El presidente de Israel, Reuven Rivlin, le ha encargado hoy de forma oficial a Netanyahu la misión de forjar el ejecutivo número 34 de Israel y a partir de mañana empezarán las negociaciones oficialmente —ya se iniciaron de manera informal— con cinco posibles partidos.
Los negociadores del Likud se reunirán con representantes de Kulanu (Todos Nosotros, derecha), HaBait HaYehudi (La Casa Judía, ultraderecha religiosa), Yisrael Beytenu (ultraderecha), Shas (ultraortodoxo) y Judaísmo Unido de la Torá (ultraortodoxo), para intentar que la nueva coalición de gobierno esté lista el Día de la Independencia.
Si Netanyahu no ha logrado crear una coalición para entonces, puede pedir a Rivlin 14 días más, pero el presidente no tiene obligación de concedérselos.
En su residencia, Rivlin ha pedido hoy a Netanyahu que construya "el gobierno más estable e inclusivo posible".
Rivlin ha indicado que el próximo gobierno y la Kneset (Parlamento) tienen misiones fundamentales, tales como la mejora de las relaciones con EEUU, la devolución de la estabilidad del sistema político y la reparación de las fisuras dentro de la sociedad israelí.
"Hemos sufrido un período electoral difícil", ha indicado Rivlin. "De todos los lados se han dicho cosas que no deberían haberse pronunciado en un estado judío y democrático. Avivar las llamas no le sirve a nadie. El fuego no sólo calienta, amenaza con arder en llamas. Hoy es el momento de empezar a sanar estas heridas", ha subrayado el presidente.
El primer ministro se ha comprometido a centrarse en lo que une a los israelíes. Al contrario que en sus discursos de campaña, ha hablado sobre buscar la paz con los palestinos.
También ha indicado que quiere buenas relaciones con EEUU, pero luego ha subrayado que Israel va a trabajar para intentar evitar que las potencias mundiales alcancen un acuerdo "malo" sobre el programa nuclear iraní.
"La verdadera paz sólo puede lograrse si Israel sigue siendo fuerte y estable", ha asegurado Netanyahu.