"Hemos dicho al Consejo de Cooperación del Golfo, a la ONU y a la comunidad internacional que debería existir una zona de exclusión aérea e impedirse el uso de la aviación militar en los aeropuertos controlados por los hutíes", dijo el canciller yemení citado por el diario panárabe Al-Sharq Al-Awsat.
El titular yemení solicitó además que el Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe apoyen la petición de las autoridades de Yemen de crear una zona de exclusión aérea en todo el territorio nacional.
Según Yaseen, esta medida "impediría que los insurgentes hutíes continuaran bombardeando el país y traficando armas".
Por su parte, el titular de Exteriores de Arabia Saudí, Saud al Faisal, declaró en una conferencia de prensa en Riad que "si no se logra terminar con la anarquía en Yemen de manera pacífica, los países del Golfo Pérsico están dispuestos a intervenir en el país".
Añadió que Arabia Saudí está en contra de la participación de Irán en el conflicto.
El canciller de Reino Unido, Philip Hammond, que también tomó parte de la rueda de prensa, aseguró que su país junto con Arabia Saudí y EEUU busca "la posibilidad de reforzar la postura del presidente de Yemen" y que ninguno de los tres Estados "desea la injerencia militar".
Al mismo tiempo el portavoz del presidente estadounidense, Josh Earnest, afirmó que la evacuación de los diplomáticos de EEUU de Yemen no impedirá a Washington seguir presionando a los insurgentes.
Aseguró que las fechas de regreso de los diplomáticos aún no están precisadas y confirmó que EEUU apoya al presidente legítimo de Yemen, Mansur Hadi.
El domingo pasado los rebeldes chiíes, conocidos como hutíes, declararon una movilización general para seguir con la ofensiva hacia el sur de Yemen contra los combatientes de Al Qaeda y el Estado Islámico.
Poco antes, los hutíes, junto a los partidarios del expresidente del país, Alí Abdalá Saleh, tomaron el control de la ciudad de Taiz, la tercera mayor de Yemen, ubicada entre la capital Saná y Adén, la base del presidente actual, Hadi.