"Aquí, en este lugar, estoy impresionado por la importancia histórica de un pueblo que se renueva en su patria después de 4.000 años", ha afirmado después de rezar en el Muro y colocar una nota con una petición entre una de sus grietas.
Netanyahu se declaró "conmovido por el peso de la responsabilidad que el pueblo de Israel ha depositado sobre mis hombros" y agradeció "la decisión de los ciudadanos israelíes de habernos escogido a mí ya mis colegas contra todo pronóstico."
El partido que lidera Netanyahu y la derecha israelí, el Likud, se impuso ayer en los comicios con 30 escaños, seis más que su rival inmediato, la Unión Sionista (coalición de Laboristas y Hatnua), encabezada por Isaac Herzog.
Su triunfo se produjo un día después de provocar una lluvia de críticas por haber instado a los ciudadanos a votar porque "los árabes van a acudir en gran número a las urnas".
Netanyahu ha visitado el Muro de las Lamentaciones junto a su esposa, Sara; él ha rezado en la parte de los hombres y ella, en la de las mujeres.
La última vez que estuvo en ese lugar santo fue hace unas tres semanas, justo antes de viajar a Washington para pronunciar un discurso en el Congreso de EEUU sobre "la amenaza nuclear iraní".