"Presionan a sus colegas europeos para que exploten al máximo cualquier acción en contra de las embajadas rusas en el extranjero", considera Morózov, miembro del Consejo de la Federación (Cámara Alta del Parlamento ruso).
Anteriormente el Servicio de Información y Seguridad checo declaró sospechosos de espionaje a tres diplomáticos rusos que se vieron obligados a abandonar el país donde trabajaban.
Según Morózov, los servicios de inteligencia checos pasan cursillos de perfeccionamiento en la CIA o en el FBI, donde ya tienen preparados algoritmos de cómo comprometer a ciudadanos rusos que residen en el extranjero.
Muestra de ello son los arrestos cada vez más frecuentes de rusos en todo el mundo que se efectúan siguiendo órdenes de EEUU.
"En Europa los servicios especiales estadounidenses no pueden comportarse de igual manera, y vemos cómo sus homólogos checos llevan a cabo la operación bajo su mando", destacó el veterano.
Morózov considera que en las circunstancias actuales los representantes oficiales de Rusia en otros países deben ser "muy cuidadosos en sus contactos, cumplir con sus obligaciones profesionales basándose estrictamente en convenciones diplomáticas y consulares y no dejarse llevar por las provocaciones".