"Me preocupan mucho los insistentes intentos de desestabilizar a Rusia que emprende Occidente, es decir EEUU y la Unión Europea, que han intensificado su presión bajo el pretexto del misterioso y sanguinario asesinato de Nemtsov", dijo este historiador y filósofo.
También señaló que le sorprende la intención de acusar infundadamente de este crimen a los dirigentes del país y al presidente Putin en persona.
"Muchos asocian a Nemtsov con quienes actuaron como portavoces de las fuerzas políticas extranjeras y en quienes recae la responsabilidad por las humillaciones que sufrió el pueblo ruso en la década del 90", dijo Iliopulos.
Además recordó que el político asesinado tuvo contactos en 2012 con el embajador estadounidense en Rusia, Michael McFaul, quien, según el historiador, intentó organizar una "revolución naranja" en Rusia con el fin de forzar la dimisión de dirigentes legítimos.
Al mencionar la pregunta clásica de "a quién le conviene", Iliopulos contestó con otra pregunta: "¿Cómo una persona seria puede creer que un líder nacional como Putin, que salvó a Rusia de una catástrofe y la sacó a flote, podría tener algún interés en ese asesinato o molestarse por alguien que afirmó que Rusia debe devolver Crimea a sus enemigos?"
También señaló que incluso el semanario británico The Spectator escribió estos días que Putin no es tan loco como para "ordenar liquidar a Nemtsov, es el último que podría sacar algún provecho de ese asesinato".
Tal desarrollo de acontecimientos conviene a las fuerzas occidentales que procuran asestar un golpe psicológico a la sociedad rusa para provocar una "revolución naranja", como ello sucedió en el Maidán, afirmó el analista.
Además, tampoco excluyó un motivo económico del crimen, dijo que lo podían organizar unas personas involucradas en la corrupción.