Según sus palabras "todo indica que se trata de un encargo político y un intento de desestabilizar la situación en el país".
Nemtsov fue un blanco ideal para quienes se plantearon tal objetivo, afirmó.
Refirió que Borís era un hombre "incorruptible, podía discutir al no estar de acuerdo con uno, pero nunca haría una bajeza", afirmó Kirienko, definiendo a Nemtsov como "el último político romántico".
En la década de los noventa, Nemtsov ocupó los cargos de ministro de Energía y vicepresidente del Gobierno de Rusia, llegó a ser considerado como posible "heredero de Yeltsin" y futuro jefe de Estado.
La capital rusa da este martes el último adiós a este líder de la oposición extraparlamentaria asesinado a tiros la noche del viernes al sábado en pleno centro de Moscú.
Nemtsov murió al recibir cuatro disparos en la espalda mientras caminaba con una amiga cerca del Kremlin, en un puente sobre el río Moscova.