Netanyahu ha hecho estas declaraciones en su reunión con AIPAC, el mayor grupo de presión pro-israelí de EE.UU. Sin adelantar los contenidos de una alocución histórica, ha bromeado con la polémica suscitada en los medios estadounidenses: "Nunca se había escrito tanto sobre un discurso que todavía no se ha ofrecido".
"Aprecio mucho", añadió, "todo lo que el presidente Obama ha hecho por Israel: cooperando en materias de seguridad, compartiendo información de inteligencia, apoyándonos en Naciones Unidas. También ha recordado que existen muchas otras sinergias y complicidades que no puede revelar al ser "confidenciales" y "propias de la relación entre un presidente de los Estados Unidos y un primer ministro de Israel".
A nadie se le escapa que su intervención ante el Congreso de EE.UU ha sido pactada, directamente, con John Boehner y el resto de líderes republicanos en el hemiciclo, sin contar con la Casa Blanca. Un gesto que no ha sentado nada bien al presidente.
También ha recalcado que no quiere "entrar en el debate entre partidos en EE.UU", pues a su entender resulta primordial que la cuestión israelí conserve su carácter transversal.
Para ello ha recordado que "una importante razón que explica la fortaleza de nuestra alianza es que década tras década ambos partidos la han apoyado y así debe continuar. Tanto los presidentes demócratas como los republicanos han trabajado junto con amigos de todos los espectros del Congreso para fortalecer a Israel y la relación entre nuestros países".
Poco antes de su intervención la embajadora de EE.UU ante Naciones Unidas, Samantha Power, también presente en el foro de AIPAC, recalcó que Estados Unidos "no va a permitir que Irán obtenga poder nuclear".
