El asesinato se cometió ante una multitud de gente en la que había niños y que se había concentrado delante del edificio. Diversas personas apedrearon el cuerpo tendido en la calle.
Los yihadistas acusaron a la víctima de haber cometido "actos de sodomía" y lo llevaron al terrado de un edificio de Tal Abiad, en Raqa. Tras anunciar al público concentrado el motivo de la ejecución del hombre, lo lanzaron a la calle.
El EI difundió unas imágenes similares el mes pasado en las que aparecían militantes del grupo yihadista lanzando a dos hombres desde la parte superior de un edificio. Las víctimas llevaban los ojos vendados y se las condenó a muerte "por homosexualidad". Decenas de personas presenciaron la ejecución. El asesinato de Raqa es la última de las atrocidades que el EI ha cometido y ha mostrado al mundo entero.
Esta semana, los yihadistas han secuestrado a unas 220 personas de la comunidad cristiana asiria en Siria, entre ellas muchas mujeres y niños. Se teme que sufran lo mismo que los yazidíes secuestrados hace meses: ejecuciones, torturas, violaciones y esclavitud sexual.