El premio del Habanosommelier, que consiste en catas y maridajes de habanos con bebidas y alimentos, lo ganó el brasileño Walter Saes.
Por su parte, el kuwaití Alí Alami conquistó la segunda edición de la Fumada Perfecta, una singular competencia entre fumadores para ver quién lograr sostener la ceniza más larga de un puro.
En esta cena se realizó la tradicional subasta de humidores, los lujosos estuches para conservar los puros, la cual recaudó más de 1.700.000 dólares, que se destinarán íntegramente, como es tradicional, al sistema cubano de salud pública.
Una de las novedades de esta edición fue la presentación de la vitola especial de la marca Montecristo, una edición conmemorativa para el 80 aniversario que contó con una producción única de 30.000 cajas, cada una con 20 ejemplares de puros habanos.
El Festival del Habano reunió durante cinco días a unos 1.600 distribuidores, productores, coleccionistas, artistas y amantes de los puros de 60 países, así como unos 250 periodistas de alrededor de 30 naciones.
En esta ocasión el evento suscitó especial interés entre los norteamericanos, ante la posibilidad de que se flexibilicen las restricciones de ventas de puros cubanos en los Estados Unidos.