La organización Cage, asesora en derechos civiles de sospechosos de terrorismo, detalla una cadena de impedimentos, intimidaciones y supuestos abusos de oficiales británicos durante “al menos cuatro años”, impidiendo al joven musulmán “llevar una vida normal” y empujándole probablemente hacia el islamismo radical.
En verano de 2009 viajó con su pasaporte británico a Tanzania para participar en un safari con unos amigos. Pero le denegaron la entrada y, tras varios interrogatorios, le embarcaron en un vuelo con destino a Ámsterdam, según denunció a Cage.
En Holanda le aguardaba un agente del servicio secreto británico MI5, quien intentó extraerle la confesión de que su destino final no era Tanzania, sino Somalia, un destino frecuente para islamistas. Emwazi alegó que el MI5 quiso contratarlo como confidente.
En otoño de 2009, para alejarse del cerco policial británico el supuesto 'yihadi John' se mudó a su país natal, donde encontró trabajo en una empresa de informática.
De acuerdo con Cage, Emwazi fue detenido en Heathrow cada vez que regresó a Londres para visitar a su familia. Y, según su alegación, un oficial le trató con violencia, dando pie a una denuncia a la comisión de control de la policía.
El informe de Cage sobre Emwazi concluye en 2013. Ese año su padre dio parte de su desaparición en Londres y poco después Scotland Yard le comunicó sus sospechas de que había viajado a Siria.
De confirmarse la identificación de la BBC, sobre la que también coincide el periódico The Washington Post, el británico enmascarado que habla con acento londinense en los vídeos de Estado Islámico es el informático que denunció a Cage el constante acoso de las fuerzas de seguridad de Reino Unido.