Entre los condenados figuran dos australianos, un brasileño, un español, un filipino, un francés y un ciudadano de Ghana.
El mandatario indicó en reiteradas ocasiones que Indonesia sufre una situación de "emergencia con el narcotráfico". Conforme a los datos oficiales, 4,5 millones de indonesios son drogadictos, y cada día mueren entre 40 y 50 personas por esta causa.
En enero el Gobierno ejecutó a un indonesio y a cinco extranjeros de Malawi, Nigeria, Holanda, Brasil y Vietnam, que fueron condenados por narcotráfico.
Después, Brasil y Holanda retiraron a sus embajadores de Yakarta. Al mismo tiempo las relaciones del país con Francia y Australia empeoraron a causa de las futuras ejecuciones.
La semana pasada, el canciller francés, Laurent Fabius, expresó “una gran preocupación” al embajador indonesio por la vida del ciudadano francés Serge Atlaoui.
Su homóloga de Australia, Julia Bishop, amenazó con llamar a su embajador en Indonesia y boicotear la industria de turismo del archipiélago.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también pidió a Joko Widodo aplazar las ejecuciones, pero el presidente no cambió su decisión. Sin embargo, no dijo cuándo exactamente tendrá lugar la ejecución.
En Indonesia rige una legislación antidrogas muy estricta. Actualmente hay 133 condenados a muerte que esperan su ejecución, 57 de los cuales son por crímenes relacionados con el narcotráfico.