El documento estipula que los teléfonos móviles distribuidos por empleadores se consideran como herramientas de trabajo, por eso los mensajes recibidos y enviados tienen "carácter profesional".
Así, los empleadores pueden acceder a los mensajes a distancia o personalmente tomar el aparato para familiarizarse con su contenido.
Si el autor del mensaje lo marca como "personal", por ejemplo, incluyendo esta palabra en el SMS, al empleador se le prohíbe leerlo, según el documento.
La decisión fue tomada a raíz de las acciones judiciales de dos empresas, una de las cuales accedía al contenido de los móviles de sus empleados.