Por su parte, el exembajador británico en Moscú, Tony Brenton, declaró que la política exterior de Londres se ve afectada por el mal dominio de las lenguas extranjeras por parte de los empleados, sobre todo, del Ministerio de Asuntos Exteriores, lo que impide reaccionar a los sucesos políticos actuales.
Recordó que tras la incorporación de la península de Crimea a Rusia, el Gobierno británico lamentó que el Ministerio de Exteriores no le ofreció una consulta correspondiente.
Crimea ingresó al territorio ruso tras el referendo de marzo pasado en que la mayoría de los votantes se pronunciaron a favor de separarse de Ucrania y reincorporarse a Rusia.
EEUU, la Unión Europea y sus aliados no reconocen la adhesión de Crimea a Rusia y acusaron a Moscú de intervenir en el conflicto que se desencadenó en el sudeste de Ucrania, respondiendo a la adhesión con sanciones, tanto individuales como sectoriales.
Moscú en reiteradas ocasiones rechazó estas acusaciones por infundadas.