Los dos cancilleres optaron por una solución negociada y pacífica del conflicto.
"El Reino Unido no cree que sea de ninguna ayuda dar apoyo letal a las fuerzas ucranianas" dijo Hammond en la rueda de prensa conjunta en la que recalcó que Londres "no va a cambiar su postura por los hechos que ocurren sobre el terreno".
El secretario de Estado señaló, sin embargo, que, como estado soberano, "no podemos permitir que las fuerzas ucranianas se desmoronen" por ello Londres "se reserva el derecho de revisar esta postura si fuera necesario".
Por su parte, García Margallo insistió en que "no hay solución militar" al conflicto de Donbás.
"Hay que apostar por un diálogo franco y abierto entre las partes".
El canciller español defendió la necesidad de una posición común en la Unión Europea.
"Cuantas más cosas decidamos en común mejor", dijo.
Para España, Rusia tiene que aceptar la legalidad internacional vigente, respetar la integridad territorial de Ucrania y no reconocer ningún referéndum secesionista.
Y advirtió que las "elecciones deben hacerse según lo previsto en la legislación internacional".
A cambio Bruselas debe decidir, según Margallo, si quiere a Rusia "como socio o como adversario".