A finales de 2014 Ucrania y la compañía de EEUU Westinghouse acordaron el suministro de combustible nuclear hasta el 2020.
“Si Ucrania continúa utilizando el combustible de la corporación estadounidense, podría provocar una avería grave”, advirtió Berdénnikov, recordando el precedente de la central nuclear de Temelin, en la República Checa, que se produjo en 2004 a causa del uso del combustible de Westinghouse.
Asimismo, lamentó que Westinghouse opera con “prisas y desestimación de razones de seguridad, inadmisibles para el sector de la energía atómica”.
Berdénnikov recordó que la compañía ya emprendió en varias ocasiones tentativas de reforzar sus posiciones en el mercado del combustible para los reactores soviéticos tipo VVER-1000, pero "demostró reiteradamente la inadecuación a los requisitos de calidad del combustible".