Según la información publicada, el complot de asesinato de Olmert fue frustrado por Mohammed Shurba, un presunto agente israelí que logró infiltrarse en las altas esferas de Hizbulá.
A Shurba también se le atribuye el fracaso del plan del grupo chií para atentar contra la Embajada de Israel en Azerbaiyán en 2009.
Mughniyeh, jefe de operaciones militares de Hizbulá, murió en un atentado con coche bomba en Damasco en 2008. Según el diario estadounidense The Washington Post, el golpe fue resultado de una operación conjunta entre el Mosad (servicios de inteligencia exterior de Israel) y la CIA (servicios de espionaje de EEUU).
El asesinato fue atribuido a Israel por los medios extranjeros cuando se produjo. La participación de EEUU en la muerte de Mughniyeh fue confirmada a The Washington Post por cinco ex-funcionarios de la CIA que hablaron bajo condición de anonimato.
A Mughniyeh se lo vinculó al atentado con bomba contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en el que murieron 63 personas, en 1983, y al de las Torres Khobar en Arabia Saudita que mató a 19 soldados estadounidenses en 1996.
Mughniyeh también estuvo implicado en el atentado suicida de 1992 contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, en el que murieron 29 personas, y en el ataque de 1994 al centro de la comunidad judía en la capital argentina, que mató a 85 personas.
El hijo de Mughniyeh, Jihad, fue asesinado el pasado 18 de enero en un ataque aéreo en el lado sirio de los Altos del Golán que se atribuyó a Israel. Además de Mughniyeh, otros cinco miembros de Hizbulá y seis iraníes de la Guardia Revolucionaria, entre ellos un general, murieron en el ataque.