
A modo de ejemplo, Sivkov mencionó la crisis económica en Ucrania y la evasión de personas, que no quieren luchar en la guerra, a otros países para evitar la llamada a filas.
El PIB de Ucrania se contrajo un 7,5% el pasado año y seguirá en descenso en 2015, según la prensa.
La moneda nacional, grivna, se depreció un 41% frente al dólar, mientras que la inflación alcanzó el 24,9%, el máximo nivel de los últimos quince años.
El pasado 20 de enero, Kiev comenzó una nueva etapa de movilización con la que pretende incorporar a filas a unas 50.000 personas, pero un alto mando ucraniano reconoció que numerosos reservistas intentan evadir el servicio.
Mientras, en el este de Ucrania continúa un conflicto armado que, según la ONU, ha causado más de 5.000 muertos y unos 11.000 heridos desde abril pasado, cuando Kiev lanzó una operación militar contra las milicias independentistas.
En las últimas dos semanas en Donbás se observa una escalada del conflicto con violaciones cada vez más frecuentes de la última tregua declarada el 9 de diciembre.
Ambas partes del conflicto se acusan de infringir el armisticio.